Desde 2020, BIOCONSERVANCY ha asumido el desafío de estimar valores de diversidad global que no dependan enteramente del reconocimiento de especies y que además permitan estimar el valor de un área conservada en términos de los servicios ambientales que brinda. Utilizamos un dron multiespectral que nos permite estimar la cobertura forestal, así como la cobertura de bosques, arbustos y pastos de baja densidad. Además, en el gradiente ambiental generado por los grados cuantificados de restauración forestal, la extracción, amplificación y secuenciación de más de 1 millón de secuencias de ADN del suelo confirmaron la presencia de más de 1.800 géneros de bacterias. Con esta información, no sólo podemos estimar índices de diversidad, sino también clasificarlos según su papel funcional en el crecimiento de los árboles y la maduración del suelo. En paralelo, el despliegue de sensores automáticos de luz, temperatura y humedad permitió observar cómo la presencia de bosques nubosos maduros reduce tanto las temperaturas máximas como la fluctuación de temperatura en un valor entre 1 a 3 grados Celsius (1,8 a 5,4 grados Fahrenheit), facilitando la supervivencia de especies raras. Podemos cuantificar el valor de los bosques nubosos para mantener valores más altos de humedad relativa y estimar el porcentaje de tiempo que el bosque captura agua de la precipitación horizontal. Además, el despliegue de grabadores automáticos con una sensibilidad de hasta 96 kHz permitió estimar índices de diversidad de organismos acústicamente activos, incluidos murciélagos, grillos, aves y anfibios. Este enfoque permite evaluar la biodiversidad contenida sin requerir la identificación individual de las especies involucradas. Finalmente, el uso de cámaras trampa permitió comparar los métodos que integramos de una manera novedosa con el método más utilizado para valorar la biodiversidad. Dos ventajas de nuestro enfoque ya son claras: la cantidad de datos disponibles supera en varios órdenes de magnitud los obtenidos con los métodos tradicionales, y ahora podemos cuantificar algunos de los servicios ambientales proporcionados tanto por los ecosistemas prístinos como por los que se encuentran en restauración.